Ilex aquifolium / Gorostia / Acebo.
Familia: Aquifoliaceae
Árbol o arbusto, de hasta 10 m de altura, de corteza lisa y grisácea, pero en las ramas verde intenso. Hojas con grandes dientes rematados en espinas, con el haz verde oscuro brillante, y el envés más pálido y mate, en las partes más altas, son más ovaladas y carecen de púas.
Es una especie dioica, es decir hay arbustos machos y arbustos hembras, ambos tienen flor, pero sólo las hembras desarrollan los frutos.
Las flores tienen 4 sépalos y 4 pétalos blancos.
El fruto es una drupa, de unos 8 mm, globoso, de color rojo brillante en su madurez.
Crece en ambientes húmedos y umbríos, especialmente en suelos frescos y sueltos, preferentemente silíceos.
Tiene un valor ecológico muy importante, por ser una fuente singular de alimento para muchas especies, en particular de pájaros, durante el invierno. El urogallo (Tetrao urogallus), un ave, también, protegida en España, se alimenta de las drupas y, a falta de estas, de las hojas del acebo.
Es una especie protegida, y es que sus usos no han sido pocos, llegando casi a desaparecer.
La medicina natural tradicional ha empleado el acebo desde muy antiguo. Sus propiedades derivan de la presencia en sus hojas de ilicina (ilixantina), ácido cafetánico, dextrosa, goma, cera y otras sustancias en menor cantidad.
La infusión de las hojas cocidas se usaba como diurético y como laxante. Los frutos son purgantes y, en mayores dosis, un vomitivo enérgico (de uso muy peligroso para niños). Asimismo, la maceración en vino, de las hojas cortadas en pedacitos, servía como tonificante.
La corteza del tronco y de las ramas contiene hidrocarburo iliceno, ácidos grasos, pectina y viscina. De dicha corteza, cocida y fermentada por enterramiento, se obtiene liga, sustancia viscosa y pegajosa, con la cual se embadurnan varas y ramas para cazar pájaros. El uso de este arte de caza es muy antiguo.
Su madera es muy apreciada en ebanistería.
Muy usado como ornamento navideño.