Thaumetopoea pityocampa/ Piñu mozorro/ Procesionaria del pino.
Familia: Thaumetopoeidae
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Photo by Philippe Mothiron.
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Los imagos o mariposas, de hábitos nocturnos, y con una vida muy corta, se aparean en verano. La hembra pone sus huevos la misma noche del apareamiento, especialmente, sobre las copas de los árboles, formando puestas muy características en forma de espiral alrededor de una o dos acículas y los protege con sus propias escamas.
Cada puesta es de 100 a 300 huevos y pasan entre 30 y 40 días hasta que eclosionan (normalmente en septiembre-octubre). Las larvas, se alimentan de las acículas de los pinos, generalmente, produciendo su defoliación.
Desde el primer estadio larvario, las colonias de orugas construyen conjuntamente pequeñas bolsas de seda en las partes más soleadas del árbol, para protegerse del frío invernal, a las que acuden por las noches después de alimentarse.
Estas orugas, pasan por cinco estados larvarios, proceso que puede llegar a durar hasta ocho o nueve meses.
Tienen comportamiento social y gregario, ya que durante toda su vida larvaria establecen interacciones cooperativas, con sus hermanas de puesta, y se desarrollan en el mismo árbol, que solo abandonarán para buscar un pino contiguo, si han agotado la totalidad de las acículas del pino donde nacieron, o para hacer la procesión de pupa.
A partir del tercer estadio larvario las orugas desarrollarán pelos urticantes, llamados tricomas, éstos tienen forma de arpón, que al clavarse y romperse en la piel inocula sustancias liberadoras de histamina. Los bolsones, en los que pasarán el invierno, son ahora mucho más densos y conspicuos, y saldrán para alimentarse al atardecer.
En el quinto estadio larvario, las orugas son tremendamente voraces, y tras alimentarse durante unos 30 días, entre febrero y abril, descienden al suelo, y forman las características hileras o procesiones, lo hacen así, para protegerse la cabeza, un manjar para muchas aves. Tras su paseo, finalmente se entierran en el suelo, y cada una de ellas teje su capullo, pasando así la fase de pupa o crisálida, hasta emerger de nuevo como mariposas nocturnas.
Hay que evitar cualquier contacto con los pelos urticantes de estas orugas, ya que poseen una toxina termolábil denominada Thaumatopina, aún así, pueden desprenderse y flotar en el aire, pudiendo provocar irritación en oídos, nariz y garganta, así como intensas reacciones alérgicas.
Si se ingieren, accidentalmente, puede tener consecuencias realmente serias para la salud.